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UniversidaddeCádiz
Facultad Ciencias del Trabajo

Jornada de Sociología del Trabajo

En el marco de los actos conmemorativos por el 25º aniversario de los estudios de Relaciones Laborales, el área de Sociología y el Grupo de investigación Trabajo, Política y Género (SEJ-545) organizaron una Jornada sobre Sociología del Trabajo que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Cádiz el día 20 de abril de 2016.

 

 

En la Jornada intervinieron Carlos Prieto Rodríguez, Catedrático Emérito de la Universidad Complutense de Madrid, quien impartió la conferencia titulada “Crisis y precariedad del empleo en España: más allá de la normas” y el profesor Esteban Martínez de la Universidad Libre de Bruselas con la conferencia: “Trabajo y relaciones laborales en la empresa-red”.

La Conferencia del Prof. Prieto estuvo centrada en aportar las claves sobre cómo abordar el estudio de la precariedad laboral en España desde una perspectiva sociológica e integradora de la configuración social del empleo.

 

 

Comenzó  proporcionando una definición del empleo precario como aquellos empleos cuyos contratos de trabajo no permiten a los trabajadores llevar una vida decente, provocando inseguridad, insuficiencia y/o descalificación social, incluyendo el desempleo en esta categoría.

Según el Índice sintético de precariedad del empleo creado por el Prof. Prieto, en España la mitad de la población asalariada sufre la precariedad laboral (50,9% en 2015). Ahora bien, la situación de precariedad del empleo no es fruto de la crisis económica desatada en 2007 (aunque se potencia con ésta) sino que constituye un elemento estructural en el mercado laboral español: en 2005, en plena expansión económica, el indicador se sitúa en el 46,1%. Y si comparamos el dato a nivel europeo, encontramos que en 2013 la UE de los 15 países se sitúa en el 31,5% frente al 51,5%  de España.

Habitualmente la precariedad del empleo en España se suele explicar a partir de dos elementos: las normas jurídicas (tipos de contratos) y el sistema productivo (ramas productivas, nivel de intensidad en mano de obra, tecnología y capital…). En España contamos con unas normas que, en línea con el modelo económico neoliberal y a fin de proporcionar flexibilidad laboral en beneficio de las empresas, permiten contratos temporales y a tiempo parcial que en la mayoría de los casos son precarios. Incluso existen contratos indefinidos y a tiempo completo que también pueden considerarse como precarios.

Respecto al modelo productivo español, se caracteriza por ser intensivo en mano de obra, con puestos de trabajo con contenido de baja cualificación, con un bajo nivel tecnológico, concentrado en las ramas de la construcción, el turismo y el comercio, y el empleo doméstico. A estas dos características hay que sumar el débil poder de los sindicatos en el modelo de relaciones laborales español (19,5% de tasa de afiliación sindical en España frente al 35% de la UE de los 15).

Sin embargo, para comprender el fenómeno de la precariedad del empleo en España y sus posibles vías de solución, hace falta tener en cuenta un componente más del régimen social de empleo: las tramas jerárquicas del orden social reproductivo que derivan en que haya más precariedad laboral en mujeres que en hombres, en jóvenes que en mayores, en inmigrantes que en autóctonos.

Así pues, las desigualdades sociales no sólo están presentes en el empleo sino fuera de él.  Y en este sentido, el Prof. Prieto defiende que la ecuación de la precariedad laboral no puede resolverse contemplando únicamente la modificación de las normas jurídicas y del sistema productivo sino que hay que ir más allá, atendiendo a la urgente necesidad de cambio en el orden social jerárquico del sistema productivo-reproductivo.

Por su parte, el Prof. Esteban Martínez dedicó su conferencia a explicar cómo la flexibilidad productiva que caracteriza a la “empresa-red” aumenta la precariedad laboral de los trabajadores.

La forma de organización en red que tienen las empresas en la actualidad trae como consecuencia una doble subordinación del trabajador: por un lado, hacia la empresa directa que les contrata (subcontratista, habitualmente una Empresa de Empleo Temporal), por el otro, hacia la empresa cliente que les contrata de forma indirecta pero que es la que mayor influencia tiene en la determinación de las condiciones laborales por ser la empresa que suele dominar la red.

¿Qué caracteriza a la empresa-red? El Prof. Martínez señala tres aspectos fundamentales:

– Las diversas actividades que componen la cadena de valor de un producto se distribuyen entre varias empresas dando lugar al “co-bussiness”.

– La disociación de la empresa y el espacio organizativo.

– Las relaciones triangulares de trabajo reemplazan la relación bilateral clásica empleador-empleado por la relación trilateral empleador-subcontratrista-empleado.

En esta compleja trama de alianzas y relaciones entre grandes, medianas y pequeñas empresas donde conviven los fenómenos de concentración del capital y de descentralización productiva, se vuelve más difícil determinar y negociar las relaciones laborales con un único interlocutor patronal. Es más, en ciertos casos no queda prácticamente margen de negociación sobre las condiciones de trabajo como le ocurre, por ejemplo, al sector subcontratado de la limpieza en Bélgica cuyos trabajadores –en gran parte mujeres- reivindican un cambio en los horarios laborales atípicos (de madrugada) ya que no les permiten conciliar la vida laboral con la vida familiar. Pese a que difícilmente la empresa cliente atenderá esta petición, los trabajadores del sector han llevado a cabo la campaña “Limpiar de día. ¡Un mundo de diferencias!” con objeto de sensibilizar a la población y provocar un cambio de mentalidad en la sociedad.

Ante esta situación de creciente precariedad laboral, ¿Cuáles serían las posibles respuestas colectivas a los problemas que plantea la empresa-red? Martínez propone las siguientes medidas: potenciar la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas, fortalecer el nivel sectorial de la negociación colectiva, y promover la organización y actuación de los sindicatos en red incentivando el diálogo social en los centros de producción y en los territorios. En definitiva, apuesta por pasar a un modelo cuadrangular de relaciones colectivas de trabajo compuesto por la empresa cliente, la empresa subcontratista, y la presencia sindical tanto en la primera como en la segunda empresa de forma que se puedan negociar las condiciones laborales con ambos interlocutores patronales.